Mi vida en letras

Monday, July 22, 2013

Llueve

Un ejército de pasitos avanza certero, firme, sobre las tejas del techo; dulce olor a tierra mojada, tierra todavía ajena, pero tierra al fin. 

Otra vez me sorprendió la madrugada escribiendo, mirándote, postergando mis sueños.

Te miro dormir, sigo escuchando la lluvia sobre la calle, como aplausos, como miles de dedos tocando el vidrio, pidiendo abrir la ventana, al fresco en la penumbra.

Me pregunto que sueñas, y si acaso sonreirás está vez como otras veces que me he quedado despierta para verte dormir.

-"Me gusta dormir cuando hay lluvia", me dijiste.
Y a mi me gusta mirarte dormir  mientras llueve.

El gigante

Se sintió pequeño, tan pequeño, aconsejado por el miedo de perder, mientras escuchaba acercarse cada vez más la tormenta.

La lluvia ácida llegó primero. 

En una nube de polvo y grava logró enfocar la mirada con gran esfuerzo y vislumbró la silueta humanoide, tan grande que hubiera podido fácilmente usar de silla la montaña que tenía a su espalda.

Escuchó un rugido, una voz que sonaba como los feroces truenos que anuncian la furia de un cielo ennegrecido.

Se cubrió los ojos con un antifaz de indiferencia, se puso la pechera, finamente tallada de orgullo y soberbia, y el casco, que le cubría los oídos ante cualquier palabra, sabía o insensata.

Afinó la puntería, miró a través de la honda, centró la piedra; no había tiempo de dudar.
El cielo comenzó a gritar, al tiempo que la piedra surcaba el firmamento en busca de su blanco. 

Un estruendo golpeó el piso con gran fuerza, y el cielo fue aclarandose poco a poco, mientras el sol se encargaba de ahuyentar las nubes restantes, como si supiera que el daño estaba hecho y anunciando así, el final del encuentro con el coloso. 

Buscó el cadáver del gigante en el suelo, pero no pudo encontrar nada. - Escapó de nuevo, pensó. 

Recorrió el valle con la mirada y sólo encontró, espantado,  a su mujer, en el piso, sangrando y sosteniendo la piedra momentos antes disparada por la honda. 

Ella lo miró con ojos de quien ama y perdona todo, mientras él la tomaba entre sus brazos.
David la besó en la frente, la recostó suavemente junto a un árbol, le dijo que regresaría y se fue, de nuevo, en busca de su gigante imaginario. 

De caminos y batallas.

A veces siento más cansado el corazón que los pies.
Ningún camino es fácil; al menos los míos no lo han sido. Las bifurcaciones, intersecciones y vueltas, más bien han sido un breve descanso para retomar el aliento y continuar.

He aprendido, si, no podría negarlo, pero a veces dudo los avances cuando me acuerdo del miedo a los riesgos; cuando miro las quemaduras viejas en mis manos.

A veces soy hostil, fría; sobre todo cuando me siento frágil, cuando escucho el suelo crujir bajo mis pies, me pongo la máscara de la indiferencia, pero todo es sólo parte de lo mismo; me cuento mentiras, me digo que soy fuerte y que puedo con todo y con todos, que no espero nada, que no quiero nada, que me basto y me sobro, pero en el fondo, le temo tanto a la soledad; a tener que verme frente a frente en tu espejo.

Sólo quiero que me ames como yo quiero amarte a ti, sin tener que ser tu mientras tanto, tu resumen de noticias, la golosina que no te quita el hambre, pero la calma; quien te espante algunas nostalgias y te acompañe el sueño, pero nada más.

Necesito que me ames para poder amarme, porque soy mi peor enemiga, mi más cruel verdugo y tengo miedo de que un día, al fin, me decida a arrancarme los ojos, o a tirar el corazón con la basura de los martes, y gastarme el alma entre las rutinas, apostando lo mucho o poco que quede de esta carcasa.

A veces me pregunto a dónde se ha ido mi vida y porqué puse en otras manos las llaves de mis puertas. Sin embargo, heme aquí, diciéndote las combinaciones de mis cajas fuertes, y dándote en la mano lo único que ha sido mio desde siempre y que me ha costado tanto salvar hasta de mi.

Solo espero que esta no sea otra batalla, y si lo es, espero al menos, está vez, salir tablas.

Wednesday, July 03, 2013

Suicidios asesinatos

Recuerdo sus ojos grandes mirándome, como queriendo comerse con las pupilas hasta el último haz de la poca luz que se colaba por la ventana.
Su voz, haciendo canción con el zumbido del silencio, hablándome de futuros imprecisos en lugares improbables.

Esa noche tuve cincuenta, cien, doscientos años y de pronto me vi arrancándome las plumas de las alas a mano limpia, mientras miraba sin espanto la sangre gotear de mi espalda al suelo.
Recuerdo que de cuando en cuando volvía a mirar esos ojos, que no sabría si describir como mentirosos o inocentes [porque el flujo de sus palabras me nublaban involuntariamente el juicio] pero que parecían atónitos al ver que no podía hacer nada para convencerme de creerle.

Todo lo que yo quería era no sentir nada; así que me volví mármol, y miré todo desde afuera, tranquila, callada.
Recuerdo que logré concentrarme en el silencio, y todo excepto nosotros dos, desapareció, como cuando el sueño se espanta de golpe al filo de alguna pesadilla.

No quise ser cruel, pero cubrí su boca con la mía, dejándole sin aire.
No opuso resistencia.
Le sentí abandonarse entre mis brazos, rindiéndose lentamente a la desesperanza.

Una lágrima cayó de mis ojos, pero fue obligada por la razón, solamente para sentirme humana de nuevo, [el mármol, al no saber llorar, sólo emula lágrimas de lluvia] quise sentirme culpable de verle en el suelo, sin la vida que brillaba en esos grandes ojos momentos atrás; y fue así que tuve cinco, ocho, diez años, y descubrí que se puede jugar a ser Dios, y hacer mucho, mucho daño.

Se puede dar muerte en vida de tantas formas.

Recuerdo que se incorporó, lento como agonía, y se fue en cuanto le di la espalda.
Se fue en derrota, arrastrando el alma en el piso, al sonido de sus razones que crujían bajo mis tacones negros, mientras me ponía los guantes, largos como esa noche que aún no termina; blancos como la luna que ninguno de los dos volteó a mirar si quiera, pero que fue el único testigo de sus suicidios y mis asesinatos.

Monday, April 29, 2013

Cherry blossoms

Sólo me queda una vida,
Una moneda que apostar,
 un frágil y breve instante de levedad.

Tú a mi lado.

Tu nombre se me pierde entre las palabras silentes,
Y me pregunto cuánto más recordarás el mío.

¿Importa cuál es en realidad el sueño?
¿Pueden incumplirse las promesas tácitas?

Un día en la mañana, hoy, será un recuerdo dulce,
Vago, desteñido o cotidiano.

Te temo en igual o mayor medida en la que te amo,
sólo hay que esperar y ver, quién tenía la razón,
Si ésta lágrima era un presagio,
o sólo el miedo implícito...

"...I can live, with or without you..."

But to learn how to live with you, and loving you so, just to end up living without you, is about the whole fucking Point...



Wednesday, November 21, 2012

Artilugio



Soy prófuga del dolor,
soy dudas, incertidumbres, Eva sin frutas.
 Soy perfectamente imperfecta, precisa, capaz de amar, odiar, y arrojarme al hoyo negro de la nostalgia, rodeada de bestias, fantasmas, y deseos imposibles...

Sobre todo, soy todo lo que te dicen mis ojos, cuando te miran fijamente sin razón.
Soy indecisiones, recuerdos, dejá vús,
 soy miedo.
Soy el reflejo de mis batallas, mis heridas...
Soy lágrimas, sombras, palabras, secretos, tus manos sobre otro cuerpo...

Nunca seré diosa, musa, maniquí. En fin, nunca seré ella. 
Yo soy simple, común, presa de la gravedad, del tiempo.
Soy ordinaria 
pero nunca he sido ni mía.

Soy una caja de Pandora entreabierta
un muestrario de pesadillas.
Alguna vez tuve siete vidas
pero ahora solo conservo las muertes.

Soy la cara o la cruz
el lado muerto de las lunas
piedra de algunos caminos,
todo lo que tal vez te falta...                                                                                                                          


"She looks like the real thing,
she tastes like the real thing,
my fake plastic love...
If I could be who you wanted, all the time..."




Thursday, November 08, 2012

could be...



Podría ser que son sólo molinos de viento, que es sólo lo que ves, lo que yo veo... sólo esto.
Podría ser que no tengo más nombres, que las ventanas están cerradas, que no guardas prólogos de  amores cobardes, recuerdos escondidos en la memoria, para perderte de mi de cuando en cuando...

Podría ser que no cruzas los dedos detrás de la espalda, o podría estar equivocada.
 Podría ser que tienes que descubrir que hay tantas formas de dolerle a alguien, que las palabras lastiman, aunque no sean pronunciadas, que todo tiene un eco, una reacción, un tánatos.

Podría ser que todo es más difícil de lo que creíamos, o más fácil de lo que nos dijeron.
Así somos los corazones quebrados...
Tal vez soy más frágil de lo que ves, o podría ser que voy construyendo una pared .
Tal vez es más lo que se, y menos lo que creo, no lo sé... podría ser.

Wednesday, October 10, 2012

HOY

Vuelvo de nuevo a este punto, al borde del abismo, mirando hacia abajo.
 Mis demonios tienen reunión, hablan a mis espaldas, saben que escucho, es lo más cruel o chistoso del asunto, aún no lo he decidido...

 No veo la balanza, no se hacia que lado se inclina.
 Odio sentirme así de perdida, y odio saber que tengo que tragarme las palabras porque así como me envenenan la garganta, pueden matarte a ti.
 No se si estoy de alguna forma viendo el futuro, no se si es sólo instinto de supervivencia, o mi inseguridad gritándome mis defectos y errores a cada paso, el caso es que a veces me detengo en seco y no puedo moverme ni hacia delante ni hacia atrás.
 Hay días dejá-vu, en que me cuesta tanto ubicarme en tiempo y espacio, pero termino de golpe en el piso inesperadamente, por efecto de la gravedad.

Cuando intentas ignorar a la conciencia, te habla en sueños, te estruja el corazón y vives en ese escalofrío continuo.
Qué bueno sería que fuera verdad la tan añeja falacia "borrón y cuenta nueva".

Tuesday, June 26, 2012

- En qué piensas?

A veces soy aire, y floto como pensamiento, como recuerdo.
Veo mi cuerpo ajeno, y luego, regreso.
 
Paso pensando lo que no quiero o no debo pensar, y a veces paso días en la nada, intentando regresar a mi infancia, o a algún otro momento, dejando el día en curso pasar.
 A veces miento tan sinceramente, que hasta me convenzo a mi misma, aunque la verdad es muy ágil y siempre me alcanza.
 Siempre hablo con miedo, no se si es costumbre o muletilla, y le doy forma a mis palabras, rostro, color, y vuelvo de nuevo a ser aire, humo, mientras mi cuerpo sentado, se queda mirando fijamente tu cara.