
Tantas vertientes, bifurcaciones, caminos, decisiones...
Decisiones que tal vez nos hacen lo que somos hoy, 
fichas de dominó que desencadenan una serie de eventos en nosotros y en los demás.
Somos una fecha, un número, un signo, una comunidad, un país y sin embargo buscamos la individualidad, sin abrirle la puerta del todo a la soledad...
Queremos ser libres pero en compañía, 
buscamos un complemento perfecto de lo que no sabemos que somos, 
y somos ciegos, sordos, cuando nos enamoramos. 
Sólo sentimos latidos, caricias, besos, y de pronto, algo nos despierta del sueño, y ya despiertos, lastimados y solos, pensamos que es mejor quedarse acostado y hacerse el dormido, sabiendo que ya despiertos, no se puede volver a dormir y soñar exactamente lo mismo. 
¿De verdad se podrá amar despierto?
 
 


